Tras ser la absoluta triunfadora en los últimos Premios Goya de la Academia del Cine Español, alzándose con 9 estatuillas - entre ellas, Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Dirección de Fotografía - la quinta película en común del director Rodrigo Sorogoyen y el director de fotografía Álex de Pablo sigue cosechando éxitos internacionalmente, como el reciente galardón a Mejor Película Internacional en los Premios César del cine francés. Hemos hablado con Álex de Pablo, Director de Fotografía de “As Bestas”, película que permanece en las salas de cine desde su estreno el pasado mes de noviembre de 2022. Álex nos ha contado cómo trabajó con el gran formato en captación y de qué manera las ópticas de ARRI le ayudaron en su enfoque fotográfico.
Como colaborador habitual de Rodrigo Sorogoyen, seguramente estuviste involucrado desde el principio en este proyecto. ¿Cuál fue tu primera impresión al leer el guion?
Leí la primera versión antes de rodar “El Reino” (2018) y me pareció una historia que estaba contada de una manera muy potente, con esa parte de thriller, basada en una historia real. Pero, además, el guion tenía otra parte interesante, la del drama humano, porque no solo cuenta la historia de una pareja que, al ir a hacer realidad su sueño de jubilarse y vivir en una aldea, se encuentra con ese acoso y posterior asesinato del marido, Antoine; también habla de la fortaleza de su mujer, Olga, para no renunciar a ese sueño y quedarse allí viviendo. Ese personaje femenino me parecía muy poderoso al final de la historia.
¿Cómo fueron tus conversaciones previas con el director? ¿Trabajasteis con referencias para el look que queríais conseguir?
A Rodrigo y a mí nos gusta trabajar desde cero y, en las películas que hacemos, nos solemos poner unos límites determinados, como, por ejemplo, no utilizar ningún objetivo que pase del 50mm, pero después siempre hay excepciones, aunque intentamos ser muy rigurosos. En este caso, convenimos que, en la primera parte de la película, que son dos tercios aproximadamente del metraje, hasta que fallece Antoine, habría una distancia entre la cámara y los personajes, porque nos parecía que eso ayudaba al espectador a contemplar lo que estaba ocurriendo, más que a vivirlo.
Además, el paisaje era muy importante en la historia, porque, entre otras cosas, era uno de los motivos por los que esta pareja se fue a vivir a ese pueblo, y queríamos que el espectador lo sintiese como un personaje más. Así que usamos Master Anamorphics durante esta parte para darle una presencia más fuerte al paisaje e integrar a los personajes en él.
Para la segunda parte usamos lentes esféricas Signature Prime, porque queríamos estar más cerca de Olga y que ya no formase parte del paisaje, sino que el espectador estuviese más cerca de la psicología de este personaje.
¿Realizaste pruebas previas hasta dar con la combinación idónea de cámara y ópticas para este proyecto?
Sí, hice pruebas de fotogenia y objetivos con un único cuerpo de cámara, el de la ALEXA Mini LF, porque tenía claro que quería trabajar con ella. Y aunque también sabía que iba a usar las ópticas Master Anamorphic y Signature Prime, probé multitud de objetivos.
Ya en la serie “Antidisturbios”, también dirigida por Sorogoyen, elegiste trabajar con la cámara large format y ópticas de ARRI. Siendo proyectos distintos, ¿qué te llevó a repetir con esta combinación?
Es una cuestión de sensaciones. Para rodar “Antidisturbios” hice pruebas con diferentes objetivos. No quería algo que fuese muy duro, pero tampoco suave. Me apetecía una imagen con cierta nitidez y cierta dureza, y las Signature me pareció que reunían esas cualidades que le iban muy bien, porque es una serie sobre la corrupción en el entorno de los antidisturbios.
Por su parte, en “As Bestas” no queríamos que la transición de una parte a otra de la película fuese notable para el espectador, para lo cual pensé que ayudaría elegir ópticas del mismo fabricante, y haciendo pruebas lo confirmé. Asimismo, en la segunda parte nos ayuda a estar más cerca de Olga, y a la vez, como es un momento muy duro en su vida, quería que la imagen tuviera cierto carácter sin ser excesivamente dura y a la vez alejada de la suavidad, y a pesar de ello, no deja de ser una imagen que arropa un poco.
“As Bestas” está rodada en plena naturaleza, ¿cómo te ha ayudado el gran formato de la ALEXA Mini LF en este sentido?
El gran formato te proporciona una imagen diferente por la profundidad de campo, por la cantidad de información que captura y por otras diferencias que yo, que veo bastante cine, percibo. Con respecto a un entorno, vas a captar un paisaje con mayor información, y eso obviamente va a venir bien.
¿Con qué ISOS y focales has rodado?
Mi intención era tener un ISO un poco más bajo en la primera parte y un poco más alto en la segunda. Creo recordar que al final se quedó en 800. En cuanto a las focales, en la segunda usamos más angulares, mientras que en la primera usé focales neutras y un poco más teleobjetivo.
Las dos partes de la película también se diferencian por los soportes de cámara, ya que, si al principio la cámara descansa en grúas y travelling, en la segunda parte el lenguaje de cámara cambia y se opera con steadicam. ¿Cómo te ha ayudado el uso de TRINITY en el cambio de lenguaje de la segunda parte?
Nos interesaba contar la primera parte de una manera más contemplativa, sin que la cámara interactuase tanto con los protagonistas como en la segunda parte. Se trataba de ver a estas personas fundirse en ese ambiente, y eso creo que ayudaba a que el espectador conectase con los protagonistas a través del paisaje y con el paisaje a través de los protagonistas.
Por el contrario, en la segunda parte queríamos que se sintiese la cámara para que el espectador estuviese más cerca de nuestra protagonista. Por eso, la primera parte es con trípode, en planos fijos o paneos; después de las primeras secuencias, para aumentar la tensión, se introducen los movimientos en vía. Finalmente, la última parte tras la muerte de Antoine se rodó en steadicam.
El plano que consideramos de transición, que es el último plano de la primera parte de la película, justo antes de que muera Antoine, está hecho con TRINITY por Niko Lasarte, que nos ayudaba a que esa transición entre soportes más estables y steadicam fuese más suave. El motivo es que TRINITY, al estabilizar, no acaba de ser un travelling, pero tampoco es un steady convencional.
¿Cómo te planteaste el concepto de iluminación de la película en términos generales?
Desde mi punto de vista, para contar la mayor parte de las historias, conviene que la fotografía sea discreta, a no ser que esta tenga que ser un personaje más. Nuestra intención era contar una historia que le podría pasar a cualquiera en una situación como esa y, por ello, el lenguaje no tenía que llamar la atención del espectador o sacarle de la historia. Así que intenté que la luz se notase lo menos posible.
Mi planteamiento era esconder luces en los interiores y usar aparatos ligeros. En “As Bestas” utilicé fuentes LED como los SkyPanel, aparatos de la serie M (M18, M40), que uso mucho, porque además en España la mayor parte de eso tipo de luces es ARRI, y posiblemente también algún tungsteno.
¿Puedes explicar cómo fotografiaste la secuencia en el bosque de persecución y pelea entre Antoine y los dos hermanos, que marca el final de la primera parte de “As Bestas”?
Fue muy complicada en términos de estabilidad y raccord. Nos costó rodar entre tres y cuatro días el paseo que Antoine da con su perro por el bosque hasta que empieza la pelea con los dos hermanos. Esta se rodó en un par de horas, pero para el resto tuvimos muchísimos problemas, porque la meteorología nos jugó malas pasadas.
Todo el lenguaje de cámara está compuesto por travelling laterales muy largos, menos los seguimientos por delante y por detrás del protagonista, que están hechos con TRINITY. Esa secuencia continúa con el lenguaje de cámara de esa parte y, a partir de ahí, ya comenzamos a operar con TRINITY para que no resultase un contraste fuerte. Ya en la pelea, la cámara empieza a participar en la acción por vez primera, algo que ayuda a la transición a la segunda parte.
Imagen principal: Alberte Vázquez